Las flores emergen como grandes protagonistas en la cosmética actual, aportando sus demostradas virtudes para el cuidado de la piel ya que ofrecen una variedad de propiedades antioxidantes y rejuvenecedoras que se plasman en productos de belleza. Clínicamente testadas, las flores son esenciales en fórmulas para hidratar, dar luminosidad y suavidad, combatiendo signos de envejecimiento y manchas. Destacan la rosa, el azafrán, la orquídea, entre otras, en un abanico de tratamientos que celebran la naturaleza y su capacidad de realzar nuestra belleza.